Cierro los ojos y estoy otra vez ahí. Cuatro paredes, una ventana y una puerta herméticamente cerradas. Alfombra, discos, muchos parlantes. Tengo 16 años. La oscuridad es total, densa de besos y suspiros y sensaciones tan nuevas que dan más miedo que gozo.
Y la música, la misma música que llena cada esquina de esa pieza. Y de mí.
19 marzo 2007
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3 comentarios:
placerrrrrrr
lo mismo pero, en vez de 20, solamente 4 años despues.
que terrible lo del sabadomingo eh.
el domingo, el domingo
es mitologia viva
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