El aire olió a tormenta todo el día. Soplaron ráfagas trágicas y de malos augurios. Al caer la tarde, empeoró. El silbido del viento horadó el espíritu y cuando llegó la noche todo era vacío. Y oscuridad.
Otra vez.
Otra vez y sin guarida.
15 noviembre 2006
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4 comentarios:
me gustó mucho el final, soledad , desamparo y miedo; todo eso sentí.
Me cuesta relacionar el viento y las tormentas con todo lo que dijiste.
Es que a mi me gustan...
Era el viento Pampero, ése limpia todo.
Pero ¡qué sensación de desabrigo!
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