27 noviembre 2006

Tiempos verbales, tiempos mortales

El Tata tiene 20 años. Toca la guitarra y da clases. Tiene un autito, un celular y todos los días almuerza en su casa, con sus padres. Trabaja en el taller de la esquina y es un pibe tranquilo.

Todos hablan de él en presente. Pero el Tata ya no toca, ni maneja, ni enseña, ni es.
El domingo se descerrajó un tiro en la cabeza.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Está fuera de mi comprensión. Y me provoca un gran dolor en el alma. No se quién era el Tata, ni quiénes sus padres ni por qué lo hizo, pero seguro había una puerta que nadie abrió. No puedo ni tengo nada que decir, solo suelto estas palabras para desahogar la angustia que me provocó. Y no lo logro.

Caracol dijo...

A la mierda !
Es uno de esos post que deseo -fervientemente- que sea ficción, es mas ciencia ficción.

Ana C. dijo...

¿Tan chiquito?

Alex dijo...

coincido con Caracol. no tengo palabras

Anónimo dijo...

Uf, durísimo. Coincido con otros visitantes: ojalá, ojalá mil veces, que sea ficción

Anónimo dijo...

Juana tu blog es uno de los secretos mejor guardados de la blogosfera.
Este post es muy bueno.

Cuni dijo...

Mi abuela tiene 80 años y envía mensajes de texto y mails.

Anónimo dijo...

cuando uno se dispone a leer 4 renglones, ni se imagina que de repente le pueden dar un saque de ese calibre.
punto para cada una de las parejas!