María Luisa tiene 64 años. Todos vividos en la misma vieja casa. Todos con su vieja madre, postrada en la cama matrimonial de siempre.
María Luisa es soltera. Tiene un novio que vive en una ciudad alejada de su pueblo. Lo visita de tanto en tanto y cada vez que lo hace, miente a su madre. Inventa visitas a amigas de Buenos Aires o trámites imprescindibles que requieren su firma.
María Luisa cree que si su madre se enterase, moriría del disgusto en ese mismo instante.
Su madre sospecha –sabe- que hay un hombre en la vida de María Luisa. Lo supo esa madrugada de octubre cuando ella regresó de un viaje a la capital. Volvió como siempre, pero tan distinta.
Ninguna hablará de eso con la otra, jamás. Así la vida transcurre serena. Y cada vez que María Luisa regresa de madrugada cargando su pequeña valija de amante esporádica, su madre vuelve a preguntar, desde la cama, si echó llave a la puerta.
08 agosto 2006
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6 comentarios:
lindo lindo.
Gracias, Caracol!
Gracias, LLMM por vigilar el rancho en tiempos vacacionales y por el aliento de siempre!
ME gustó pila. Me aterra lo no vivido, el no animarse.
AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!
enseñame a escribir!!!!!!!!!!!!!!!
Uoooh, lindo cuento Juana!!!
Impresionante la solterona con amante y miedo de su mamá. ¡Qué bien que escribís!
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