03 abril 2007

Revelación

¿Podés creer que yo venga a descubrir esto a semejante edad? Cincuenta y siete años tengo, cincuenta y siete. Y yo que le dí todo, todo. Una vida entera. Vos decís que me tendría que sentir contenta, que más vale descubrirlo tarde que nunca. Pero no. Estafada, me siento. Si no hubiera sido por esa espuma de baño que me regaló Nancy para el cumpleaños, a mí jamás se me hubiera ocurrido meterme en la bañadera con burbujas. Pero como ahora ando con tanto tiempo libre, no tengo que cocinar, ni planchar camisas y ni lavarle la mugre dije, má sí, me hago la Susana Giménez por un rato. Y a sí fue, que esponja va, espuma viene, total no me veía nadie, me empecé a relajar y pasó lo que tendría que haber pasado hace cuarenta años. Y el muy desgraciado me había hecho creer que era Valentino y que ‘eso’ que él me hacía era el mejor sexo del mundo. Mirá, no sé si llorar, reirme o quedarme a vivir en la bañadera. Lo que sí te digo es que me espere nomás este fin de semana, porque no pienso llevarle ni un clavel a la Chacarita.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Se lo pediste prestado a Juana? Muy lindo :-)

Ana C. dijo...

Bue, nunca es tarde. Una vez leí de una que tuvo la misma revelación después de los ochenta. Debe haber sido como un terremoto. Por otro lado, indica una falta de curiosidad y un grado de conformismo que llaman la atención. Me gustó mucho.

Cuni dijo...

¡Buenísimo! No hay que guardar rencor, es tiempo de disfrutar.

Alex dijo...

genial, me hiciste morir de risa y de ternurita!

¿...? dijo...

Convengamos que Nancy se merece un monumento o algo parecido.

Cinzia Ricciuti dijo...

Que dulzura, me dieron ganas de darte un abrazo desde Caracas!
Besos
Cinzia

maría nerviosa dijo...

buenisimo... hay q regalar baños de espuma por doquier entoncs