18 abril 2006

Aguas de mujer

Se reencontraron con una excusa tonta después de varias semanas de distanciamiento voluntario. E ineficaz, como siempre. Se acostaron vestidos en la cama de un hotel y las caricias los fueron desnudando. Todo pasó lento, muy lento. Besos. Lamidas. Roces. Pellizcos. Penetraciones. Mordidas. Succiones. Palabras. Gemidos. Hasta el terremoto y los temblores y la voz quebrada y el miedo de no saber qué estaba pasando y el fuego y el agua. Derramándose sobre los cuerpos, mojando las sábanas, inundándolos.

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