04 enero 2006
Mi pueblo, un año después
Exactamente un año después, llego a la cena de fin de año y encuentro todo igual. No, igual no. La muerte cavó agujeros negros en la mesa y la vida puso críos que no puedo identificar ni asociar correctamente a sus padres, mis primos. Prefiero refugiar mi mente en el pasado, en los recuerdos, en los fantasmas, a intentar en vano recordar el nombre de esos niños ruidosos que no volveré a ver hasta dentro de otro año. Envejezco, creo.
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1 comentario:
Claro que sí. Por eso le digo que envejezco irremediablemente
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