21 febrero 2007
Entre gringos
Miró a través del vidrio y se abrazó a su vaso gigante de café late con vainilla y algo más que no pudo entender y mucho menos detectar al tragar el líquido tibio. Jugo de paraguas, pensó en castellano. Se sentó en una butaca alta, junto a un pequeño mostrador sobre la vidriera y se creyó una mercadería en exposición. No lo era. Le llevó un buen rato darse cuenta de que nadie la miraba. Nadie miraba a nadie. Esa gente que pasaba rápido, apretándose a sus abrigos, no se miraba. Los ojos no se cruzaban en ese fugaz instante de deseo, contemplación, admiración, desinterés o desesperación. Y sintió tantas ganas de volver a casa...
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13 comentarios:
Bienvenida a casa, la estábamos(taba) extrañando.
volvé
¿Por qué reconozco tanto eso? Aún sin cafe latte y sin vidriera.
Nada más solitario que la soledad en la multitud. Muy buena caracterización de la situación.
me gusta esa vidriera donde el que está en exposición es el que mira, sin ser visto.
sería algo así como esos espejos que del otro lado son un vidrio traslúcido, el que está del otro lado del espejo es el que observa, y el que está frente al espejo sólo puede ver su propia imagen... que es lo mismo que no ver nada.
saludos,
juan.
por tu post parece que estuviste en mi pellejo en algún momento en estos últimos años. yo también quiero volver y tomarme un buen café bien tirado y acompañada de amigos. algún día......
BEACRIZ
tu blog y el mío tienen nombres muy muy coincidentes..
Anduve revolviendo un poco los textos del blog. Encantadores. Vine por la puerta que dejaste abierta en Pecados Capitales.
Un beso.
Una mezcla de secreta intimidad e indiferencia despiadada.
me gustó encontrarte, te vivitaré pronto.
saludos,
k.
...como te entiendo...
porque nadie dice simplemente "qué bueno". todos quieren sr más originales que el blogger, una epidemia de los blogs
En este blog estaríamos diciendo "qué bueno" todo el tiempo y la escritora se nos aburriría. Por eso tratamos de variar un poco. En honor a ella, en realidad.
starbucks. el mc donald's del cafe. suerte que no tenemos de esos en buenos aires.
o eso creo.
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