26 junio 2007

Perdida

Rebusco en mi cabeza y no lo recuerdo
Revuelvo los cajones
Reviso los bolsillos de sacos pasados de moda
Descalabro la biblioteca
No aparece
Abro valijas antiguas olvidadas en la baulera
Vacío la caja de herramientas y reviso el fondo de la alacena
Repaso álbumes de fotos en blanco y negro
Releo cartas de amor y de odio y de amistad y de perdón
Tampoco está ahí
Escarbo en la caja de las medias y en el armario del baño
Llamo a amigos viejos que no contestan el teléfono
Vuelvo a mirar en la lata donde guardo unos pocos ahorros
Y debajo de la pila de sábanas bien planchadas

¿Adónde se me fue la vida?

04 junio 2007

Traicionero

Mire, al río yo le tengo miedo. No, miedo no. Respeto. Es que se me murieron dos sobrinas, sabe. Hermanitas, eran. Marcela tenía doce y la Claudia, trece. Habían ido a pescar con el tío, ahí cerca de las casas, en Santa Victoria. Hacía calor y el agua estaba transparente, si hasta se veía la arena del fondo. Se metieron con ropa y todo. Pero de repente un remolino se las chupó y no las pudieron salvar. A la mayor la encontraron tres meses después, como a 100 kilómetros. La otra nunca apareció. En el pueblo dicen que se convirtió en sirena y que algunas noches la ven saltar en el agua. Como un delfín, vio. Era preciosa, rubiona, con los ojos claritos. Mejor que se fueran las dos juntas, sabe. Porque la otra iba a tener que vivir con la culpa. Las criaba la abuela pero no las quería nada. El que las cuidaba era el abuelo. Él se murió justo un año después, de pena. Por eso al río yo le tengo respeto, porque es traicionero...