05 julio 2006

El puente

Nunca te vas a olvidar de este puente, le prometió antes de besarla.Y tenía razón. Ella se olvidó de sus ojos (eran claros, cree), del beso (se estremeció, supone), de las manos que la atrajeron (¿eran lindas manos?). Pero no del puentecito. O por lo menos, ayer supo que no lo había olvidado, mientras paseaba por ese parque semiabandonado. Y cerró los ojos, y recordó también la boca, la piel, las manos, el sabor, el olor. Cuando los abrió de nuevo, debajo del puente sólo había hojas podridas por la lluvia.

4 comentarios:

Cereza Martinez dijo...

encantador como siempre, nos estas malacostumbrando

Ana C. dijo...

Los trucos que nos juega la memoria...

¿...? dijo...

Será que el tiempo derrama las hojas pero no puede derrotar al recuerdo.

montevideana dijo...

¿ésa eras tú?